Calparsoro recuerda a los clubes de cannabis que fomentar su uso es delito
El fiscal les advierte de que no pueden cultivar y vender la sustancia. El viceconsejero de Seguridad, Miguel Buen, pide que se clarifique si estas asociaciones son legales
27.06.12 - 01:55 -
El fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Calparsoro, advirtió ayer a los clubes sociales de cannabis de que pueden ser legales siempre que se limiten a «abrir debates» sobre el uso de esta sustancia. Por el contrario, incurrirán en delito si se dedican a cultivar, vender o «fomentar» su consumo.
Calparsoro realizó estas declaraciones tras su comparecencia ante la ponencia del Parlamento Vasco que estudia la regulación de los clubes de cannabis, unas asociaciones que se hallan envueltas en una nebulosa legal y con las que la administración no sabe muy bien qué hacer. Estas dudas las expresó poco después el viceconsejero de Seguridad, Miguel Buen, quien pidió durante su intervención en la ponencia que los órganos legisladores competentes «clarifiquen» si la actividad de los clubes es delictiva o no.
Es lo que trata de determinar el Parlamento Vasco, que ayer escuchó, además de al fiscal y al viceconsejero, al director de la Ertzaintza, José Antonio Varela. El más claro fue Calparsoro, que recordó que «el Código Penal establece que la venta o cultivo de cannabis es ilegal». Lo que no sería delictivo, indicó, es el autoconsumo «en cantidades reducidas».
El fiscal explicó que hay clubes en Araba y Bizkaia que están siendo investigados y se hallan inmersos en causas judiciales. En cuanto a la labor legislativa del Parlamento Vasco, subrayó que solo tiene competencias en materia de registro de asociaciones, pero «sin pasar la frontera de la actividad del cultivo». «Es competencia del Estado la tipificación de los delitos y como tal está recogido el cultivo de sustancias estupefacientes, entre las que incluye el cannabis. Es una posición muy estricta que obedece al Código Penal que tenemos», afirmó.
Esta posición, sin embargo, presenta puntos débiles. Uno de ellos es el concepto de consumo compartido (consumir cannabis entre varias personas), que sí está autorizado y constituye el argumento al que apelan los 50 clubes existentes en Euskadi. Un segundo flanco lo describió ayer Miguel Buen cuando recordó que la actividad de estas asociaciones es «una realidad social» en la que participan más de 5.000 personas. «Hay una realidad social y hay unas leyes, que si se tienen que adecuar a ella, en el sentido de legalizar el cultivo y almacenamiento de la marihuana, tendrá que hacerlo quien le corresponda. Mientras tanto, desde Interior actuamos conforme al Código Penal y a la Ley de Seguridad ciudadana», indicó el viceconsejero.
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